CLUB 31. VUELVE CON MÁS FUERZA

Muchos recordareis que el antiguo Club 31 estaba situado en la calle Alcalá, casi esquina con la Plaza de la Independencia. El restaurante lo inauguró en 1959 Clodoaldo Cortés, un profesional formado en el Hotel Ritz de Madrid y en el Hotel Alfonso XIII de Sevilla. Clodoaldo Cortés era también el alma y propietario de otro de los grandes de Madrid, Jockey.



La cocina internacional del Club 31 ofrecía platos emblemáticos que todavía hoy permanecen en la memoria de muchas personas, como los callos, el consomé gelée, el steak tartar, los huevos Club 31 o el ragout de macarrones con trufa y foie.

Hace tres meses este legendario Club 31 ha iniciado una nueva andadura de la mano de su nueva propietaria, Pilar Peña.

Ahora en su nueva ubicación de la céntrica calle Jovellanos, 5, justo enfrente del Teatro de La Zarzuela, encara esta nueva etapa con muchas ganas, alegría e ilusión, pero siendo realista y adaptándose a los nuevos tiempos que corren.

El nuevo Club 31 se ha instalado en un local de más de 500 metros cuadrados a ras de calle. La decoración ha corrido a cargo del Estudio de Arquitectura Espacio de Trabajo, a cuyo frente está el arquitecto Álvaro Arapiles. Impacta la magnífica iluminación del espacio y el ambiente que desprende calidez y tranquilidad.

En total el Club 31 tiene una capacidad de para 140 comensales sentados en diferentes comedores, mejor dicho, ambientes. Además, dispone de dos reservados con una capacidad máxima de 35 y 10 comensales.

En su carta, priman el producto de mercado de una sublime calidad. A tener en cuenta que sus estupendos panes artesanos (pan blanco, pan con cereales y pan de tomate) se elaboran en el mismo restaurante.

Para empezar picamos unas croquetas de jamón con sabor muy casero, y de un parmitier crujiente con queso parmesano muy bien elaborado.

Como Entrantes, degustamos unas alcachofas gratinadas con foie riquísimas







 y un  soufflé de queso con caviar Beluga muy sugerente.


A continuación no podía faltar probar alguno de los denominados  ‘Clásicos Club 31’ como  el Ragout de macarrones, con foie y trufa cubierto de hojaldre, barbaros 






y los callos donde el chef José Antonio Asensio los borda.


Mención aparte merecen los Postres, de los que se ocupa quien fuera jefe de pastelería en Jockey, Francisco Clavijo y donde todo, desde los helados hasta los petit fours que se sirven con el café, se elaboran en el restaurante. Para apreciarlo tomamos el Soufflé Caliente Grand Marnier y el Soufflé glasé de Moka  con salsa de toffee e hilos dorados, ambos deliciosos.


Es destacar el buen equipo con el que dispone Pilar Peña, tanto en cocina como en sala , donde  ponen de manifiesto su profesionalidad .


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